«Escribir Terror en América Latina (y en castellano)» es el nombre de la notable conferencia de Mariana Enríquez nos regaló en el Congreso Internacional de Escritores y Feria de Libros en Caguas, Puerto Rico.
Recomendamos escucharla. Vamos a pasear por el universo de influencias de la autora. Detrás del sentido del humor y el lenguaje coloquial asoma una reflexión profunda sobre el género de terror.
Los modelos anglosajones.
En primer lugar hace un recorrido por obras victorianas, sigue el recorrido desde el gótico sureño hasta el Maine de Stephen King. Por otra parte no deja de reconocer a los maestros locales. Rescata los aportes regionales al género, que muchas veces de forma oblicua, desde el fantástico rioplatense, en forma de diáspora, no llegan a la integración. El género terror como tal, en Latinoamérica, es relativamente reciente y aún lateral.
La creación de un canon propio.
Cuando un género no existe a nivel regional, cabe preguntarse por qué ha sido así, pero también cómo puede comenzar a construirse este género con marca de identidad. Todo comienza por la colección de influencias personales pero esto es apenas el comienzo de la búsqueda.
Enríquez nos cuenta los desafíos que atravesó para construir una voz que la represente. El camino que recorre hasta lograr una voz narrativa femenina. Una voz narrativa más habitualmente testigo que protagonista es la que se acomoda mejor a varios de sus relatos.
Pensé en ese momento cuáles habían sido los primeros textos de terror que había leído en mi idioma. En mi idioma hablo del argentino ya no el Castellano y esos eran los testimonios periodísticos de la dictadura (…) Fue difícil incorporar esto en un cuento de género porque el género de terror se suele asociar con el entretenimiento y el entretenimiento se asocia con la banalidad y a mí me daba miedo que me acusaran de banalizar un tema serio.
Mariana Enríquez
Algunas ideas de la autora: El terror no tiene el deber de explicarlo todo. Hay lugar para el misterio.
Una función de la narración es provocar preguntas.
«Señalo el misterio pero no trato de resolverlo hay que permanecer en lo inexplicable. La mayoría de las cosas son imposibles de explicar de todas maneras.
Mariana Enríquez
Enríquez generosamente comparte sus primeras influencias -que conviene repasar tomando nota-. Pero no se queda solamente en el pasado o en su propia escritura. Va a regalarnos una antología de voces actuales de América Latina, una variada selección para quién quiera hacer un recorrido por el terror latinoamericano actual.
A Quiroga hay que sacarlo de las garras de los manuales escolares. Eso, más o menos así propone Diego Ortega, en un viejo vivo de Instagram de «La última página». Tiene razón. «Los otros cuentos de Horacio Quiroga» son los que, a pesar de ser geniales, no pisan las aulas.
Cuando tuve la oportunidad de crear algunos materiales didácticos para Literatura de secundaria tenía la misma idea presente. Parece ironía pero no lo es. A pesar de la variada obra de Quiroga, los textos que nos encontramos en los manuales parecen ser siempre los mismos: «A la deriva», «El hijo», «La gallina degollada». Todas obras maestras de la narrativa breve. Lo concedo.
Si bien los cuentos más famosos de Quiroga indudablemente merecen su estatus icónico y explican su vigencia, explorar sus obras menos conocidas es como descorrer un velo que revela la profundidad y la variedad de su talento. Estos relatos, con sus temas innovadores y su enfoque en perspectivas únicas, no solo complementan sino que intensifican nuestra comprensión de Quiroga como un maestro del cuento corto. Invito a los lectores a adentrarse en estas historias menos transitadas para descubrir por sí mismos la riqueza de la literatura de Horacio Quiroga.
Insisto: Quiroga no se agota en los mismos cuatro o cinco cuentos que se repiten una y otra vez en los libros de texto. ¿A qué se debe esta reiteración? Creo que en parte es nuestra necesidad patológica de encasillar y en parte la pereza de los críticos. Se prefiere ahondar sobre el camino trillado antes que abrirse paso entre la maleza de palabras que presenta una obra algo más virgen. Sin embargo, aventurarse en la oscura región del olvido puede tener sus recompensas. Hay un tesoro de obras menos conocidas que brillan con luz propia y nos ofrecen otras perspectivas del estilo narrativo del autor.
Voy a presentarte brevemente algunos cuentos que a mi juicio merecen un lugar en el acervo colectivo, a partir de los cuales realicé materiales de comprensión lectora y escritura creativa para ampliar el horizonte de la obra de Quiroga en la clase de Literatura.
Quiroga es uno de los escritores más emblemáticos e influyentes de la literatura latinoamericana. Nació en Uruguay en 1878 y se suicida en Argentina en 1937. Dejó un legado literario que sigue siendo estudiado y admirado en la actualidad. Destacaba en el cuento corto. Supo ser cuentista para niños. Y supo también aterrar a los adultos. La vigencia de Horacio Quiroga se sostiene en su talento, sus temas y su economía de lenguaje.
Temas universales en la narrativa de Quiroga
La narrativa de Quiroga explora temas universales que continúan resonando en el lector contemporáneo. Uno de los aspectos centrales es la relación del ser humano con la naturaleza. Enmarcada a veces en el contexto de la selva misionera de Argentina, donde pasó parte de su vida. Sus cuentos retratan la lucha por la supervivencia frente a las fuerzas implacables y a menudo indiferentes de la naturaleza.
En cuentos como «A la deriva» o «El almohadón de plumas», el entorno natural se convierte en un adversario implacable, revelando la fragilidad de la existencia humana. La selva, con su exuberancia y peligrosidad, actúa como un espejo de la propia oscuridad del ser humano. Expone sus instintos primitivos y la batalla por la supervivencia. No nos engañemos. No es un tema pasado de moda. El cambio climático de hoy supone otra batalla del hombre frente a la naturaleza. Esta temática cobra especial relevancia en el contexto actual, donde la crisis ambiental y la relación del hombre con la naturaleza se han vuelto temas de urgente debate.
Otro tema recurrente en la obra de Quiroga es la exploración de la psicología humana y sus profundidades oscuras. En relatos como «El hijo» o «La gallina degollada» , el autor se adentra en las pasiones, los miedos y las obsesiones que habitan en la mente humana. Quiroga presenta personajes complejos y atormentados, marcados por la locura, la violencia, la tragedia personal o la soledad. Nos permite reflexionar sobre la condición humana y las fuerzas que nos impulsan.
El estilo directo y preciso de Quiroga
El estilo de Quiroga se caracteriza por su precisión, concisión y una prosa clara y robusta. Se le atribuyen elementos góticos y del naturalismo para construir atmósferas densas y emocionalmente intensas. Crea tensión y suspenso a nivel Poe. Como Chejov, ilustraba sin adoctrinar. Su capacidad para transmitir complejas emociones humanas y profundos mensajes filosóficos con una economía del lenguaje es sello de su habilidad narrativa.
Esta destreza estilística ha dejado una huella profunda en la literatura. Su prosa, despojada de adornos superfluos y enfocada en la acción, junto con sus finales sorprendentes y memorables, ha influenciado a generaciones de escritores, desde Julio Cortázar y Juan Rulfo hasta autores contemporáneos como Mariana Enriquez y Samanta Schweblin.
La vigencia perdurable de Quiroga
La influencia de Quiroga se extiende a lo largo de las generaciones, permeando las obras de muchos escritores latinoamericanos y globales. Autores como Julio Cortázar y Juan Rulfo han reconocido la importancia de Quiroga en sus propias escrituras. Cortázar, en particular, admiraba la habilidad de Quiroga para transformar lo cotidiano en un elemento de terror psicológico, una técnica que él mismo perfeccionó y popularizó en cuentos como «Casa tomada».
En la literatura contemporánea, la huella de Quiroga se percibe en la exploración del horror y lo irracional, temas que continúan fascinando a lectores y escritores por igual. Su capacidad para plasmar el terror que proviene de la naturaleza y de lo desconocido ha inspirado a autores de géneros que van desde el realismo mágico hasta el horror moderno. Escritores como Liliana Colanzi y Selva Almada continúan explorando los temas de la naturaleza y la psicología humana con una mirada renovada, pero manteniendo la herencia del maestro uruguayo.
La obra de Horacio Quiroga sigue siendo relevante en la actualidad no solo por su calidad literaria sino también por su capacidad para explorar temas universales como la vida, la muerte, la locura y la relación del ser humano con el mundo natural. Como discutimos en este otro post, algunos de sus mejores cuentos son rara vez explorados en el aula Su estilo, que combina la precisión narrativa con profundas incursiones psicológicas, continúa siendo un modelo de estudio y admiración en el ámbito literario. La influencia de Quiroga sobre otros escritores y su relevancia continua sugieren que su obra perdurará, manteniendo su lugar como un pilar de la literatura en español y un referente para comprender la complejidad de la condición humana.
Por segunda vez Roberto Arlt es objeto de conversación en «La última página».
La famosa perdiz no los auspicia, y sin embargo nos dejan un video maravilloso sobre el autor. Si todavía no lo conoces es una buena forma de comenzar a hacerlo. Arlt no tiene el lugar que merece en el mundo de las letras. Fue contemporáneo de Borges y eso de alguna manera lo eclipsó pero es un verdadero maestro de la narrativa breve.
Arlt, primero incomprendido, luego referente generacional.
Su obra fue bastante denostada en la primera parte del siglo XX, pero luego el tiempo ha hecho algo de justicia y se ha convertido en autor de culto y referente de generaciones de escritores.
Mi primer contacto con Roberto Arlt fue en el secundario con un fragmento de «La isla desierta» y debo confesar que ni lo comprendí ni me interesé por su obra hasta mucho después. No le veía la gracia. Este es el peligro de los libros de textos con fragmentos descontextualizados de obras que con el tratamiento justo pueden ser mejor apreciadas por los estudiantes pero que simplemente no encajan en los tiempos de un aula.
Después y por mi cuenta sí que me reconcilié con el autor. El primer cuento que recuerdo vivamente haber leído de Arlt, fue «El cazador de orquídeas», y me pareció un narrador dueño de una escritura magistral. La atmósfera de una aventura en Madagascar desde una perspectiva rioplatense es algo a lo que no estaba acostumbrado. Se me hizo una lectura muy disfrutable. La descripción de ambientes y la caracterización de los personajes es buena. La ironía nos espera agazapada a cada paso que damos al adentrarnos en la sombra de la selva.
Roberto Arlt en el aula
¿Estás pensando en llevar los cuentos de Arlt a tu clase? Hay tres que pueden funcionar en su conjunto como un buen muestrario se su obra:
«El Cazador de orquídeas», que ya mencionamos.
«Un error judicial», donde un adorable protagonista deberá hacer las veces de detective para salvar a su tía favorita de la cárcel.
«Del que no se casa», un cuento humorístico donde vamos a encontrar a alguien con serias dificultades para el compromiso. Ahí va entonces mi recomendación:
Si vas a trabajar con Roberto Arlt te recomendamos estos materiales de Radioeducativa.com. Incluyen los cuentos, actividades de lectura y redacción, así como las rúbricas.
El narrador en «Muebles el canario» de Felisberto Hernández juega un papel crucial en la forma en que se presenta la historia y cómo se transmite la atmósfera del relato. Estos son algunos aspectos relevantes sobre el narrador:
Narrador en primera persona:
El cuento está narrado en primera persona, lo que permite a los lectores acceder directamente a las experiencias y percepciones del protagonista. Esta perspectiva ayuda a intensificar la conexión emocional del lector con los eventos, ya que experimentamos la confusión y el desconcierto del narrador como si fueran nuestros.
Fiabilidad:
El narrador en primera persona también plantea preguntas sobre su fiabilidad. Dado que los eventos son extraordinarios y surrealistas, el lector puede cuestionar si lo narrado es una representación objetiva de la realidad o una distorsión subjetiva, posiblemente influenciada por la inyección recibida o por un estado mental alterado. Esta incertidumbre sobre la fiabilidad del narrador añade una capa de complejidad al cuento, haciendo que el lector se involucre más en la interpretación de los eventos.
La percepción alterada del narrador:
A lo largo del cuento, la percepción del narrador de la realidad se ve fuertemente alterada por la inyección que recibe. Este cambio en la percepción se manifiesta en la audición de transmisiones publicitarias en su cabeza, un elemento que intensifica la atmósfera surrealista del relato. La narrativa en primera persona hace que esta alteración sea más impactante y directa.
Reacción emocional del narrador:
El narrador no solo describe eventos externos, sino que también ofrece una mirada introspectiva a sus reacciones emocionales. Sus respuestas a las situaciones, desde la irritación inicial hasta el creciente desespero y paranoia, son cruciales para el desarrollo del ambiente y el tono del cuento. Esta profundidad emocional en la narración contribuye a la construcción de la tensión y el drama.
Interacción con otros personajes:
A través del narrador, Hernández también explora las interacciones humanas bajo circunstancias inusuales y a menudo absurdas. Las conversaciones que el narrador tiene con otros personajes, como el hombre de la jeringa y los pasajeros del tranvía, revelan tanto su creciente frustración como su aislamiento, ya que parece ser el único profundamente perturbado por lo que le ocurre.
En resumen, el narrador en «Muebles el canario» no es solo un simple transmisor de eventos; es una figura compleja cuya percepción alterada y reacciones emocionales profundizan el impacto del surrealismo y la crítica social del cuento. La elección de Hernández de un narrador en primera persona es esencial para crear la atmósfera inquietante y absorbente que caracteriza a este relato.
En la teoría de Genette (narratología), una robusta clasificación de narradores y niveles narrativos nos proveen de recursos para el análisis literario. El narrador es la voz que cuenta la historia dentro del texto, mientras que el autor es la persona real que escribe el texto. Esta distinción es parte de lo que Genette describe como diferentes niveles de la narrativa.
Niveles en la narrativa:
Nivel extradiegético: Este es el nivel más externo de la narración donde se sitúa el autor real. El autor crea el texto y está fuera de la historia narrada.
Nivel diegético: Es el nivel de la historia que el narrador está contando. El narrador puede ser parte de la historia (narrador homodiegético) o puede ser una entidad externa que narra los acontecimientos sin participar en ellos (narrador heterodiegético).
Nivel metadiegético: Este nivel se refiere a historias dentro de la historia principal, donde un personaje en el nivel diegético podría convertirse en narrador de otra historia.
La comprensión de estos diferentes niveles habilitan la posibilidad del reconocimiento de la metalepsis. La metalepsis se refiere a la ruptura o transgresión de estos niveles. Por ejemplo, cuando un narrador extradiegético interactúa directamente con personajes en el nivel diegético, o cuando elementos del mundo real del autor se insertan en la historia. Este tipo de ruptura hace que los lectores sean conscientes de la construcción artificial de la narrativa, jugando con la idea de autoría y narración.
Genette utiliza estos conceptos para analizar cómo las estructuras narrativas y los modos de contar una historia afectan la percepción del lector y cómo se construye la realidad ficticia en el texto literario. En su análisis de la narratología, desarrolla una taxonomía detallada para los tipos de narradores, centrándose principalmente en su participación en la historia que cuentan. Estos tipos de narradores se clasifican según su nivel de implicación en la historia y según su conocimiento de los eventos narrados.
Principales tipos de narradores identificados por Genette:
Narrador Heterodiegético:
Este tipo de narrador no participa como personaje en la historia que narra. Es externo a la historia y ofrece una perspectiva de «tercera persona». Este narrador observa los eventos desde afuera y los relata sin implicarse directamente en ellos.
Narrador Homodiegético:
A diferencia del narrador heterodiegético, el narrador homodiegético participa como personaje en la historia. Este puede ser un protagonista que narra su propia historia (autodiegético) o un personaje secundario que cuenta los eventos en los que también participa.
Narrador Autodiegético:
Este es un subtipo del narrador homodiegético. El narrador autodiegético es el protagonista de su propia narración. Narra la historia en primera persona y es central para los eventos del relato.
Además de estos tipos, Genette también explora las nociones de fiabilidad y focalización en los narradores:
Fiabilidad del Narrador: La fiabilidad del narrador afecta la percepción del lector sobre la verdad de la narración. Un narrador puede ser confiable o no confiable, dependiendo de su objetividad y su relación con los eventos que cuenta.
Focalización: Genette introduce el concepto de focalización para describir la perspectiva a través de la cual se presenta la narración. La focalización puede ser cero (el narrador sabe más que los personajes), interna (el narrador sabe lo mismo que un personaje específico) o externa (el narrador sabe menos que los personajes).
Estas distinciones son esenciales para entender cómo Genette ve la estructura narrativa y cómo las diferentes elecciones del narrador afectan la presentación de la historia y la implicación del lector en el texto.
Narrador Extradiegético
En la narratología de Genette, un narrador extradiegético se refiere a aquel que está situado fuera del universo de la historia que se narra. Es decir, no forma parte del mundo de los personajes (nivel diegético). Este narrador tiene la capacidad de ofrecer una perspectiva más amplia y general de los acontecimientos. Puede proporcionar información que los personajes dentro del nivel diegético no conocen. Al estar fuera del mundo de la historia, el narrador extradiegético puede contar con una visión omnisciente, aunque esto no siempre tiene que ser así. Este tipo de narrador también puede interactuar de maneras que rompen las convenciones de la narrativa tradicional. Puede dirigirse directamente al lector. Incluso comentar sobre el proceso de narración mismo. Estos casos pueden llevar a situaciones de metalepsis como las que comentamos en este otro post.
Ejemplo de Narrador Extradiegético:
Un ejemplo clásico de un narrador extradiegético es el narrador omnisciente típicamente encontrado en muchas novelas del siglo XIX, donde el narrador no solo cuenta la historia, sino que también ofrece juicios y comentarios sobre los personajes y los eventos, extendiéndose más allá de lo que cualquier personaje podría saber.
El narrador extradiegético está completamente fuera de la trama que narra, no es un personaje y generalmente ofrece una perspectiva más global y completa de los eventos de la historia. Este tipo de narrador es crucial en la teoría de Genette, ya que permite explorar las relaciones entre el acto de narrar y la estructura de la narrativa en diferentes niveles, incluyendo la posibilidad de metalepsis al romper las fronteras entre el mundo de la narración y el mundo del narrador.
La confusión entre los términos «narrador heterodiegético» y «narrador extradiegético» es habitual, dado que ambos se refieren a narradores que están fuera de la historia que cuentan. Sin embargo, la diferencia entre ambos términos reside en el enfoque y la especificidad con la que se utiliza cada uno en la narratología de Gérard Genette.
Narrador Heterodiegético
El narrador heterodiegético es aquel que no aparece como personaje dentro de la historia que narra. Este tipo de narrador es un observador externo y no participa en los eventos de la historia. La perspectiva del narrador heterodiegético generalmente es de tercera persona. Este narrador puede contar la historia con diversos grados de conocimiento sobre los eventos y los personajes, incluyendo una perspectiva omnisciente.
Narrador Extradiegético
Por otro lado, el narrador extradiegético es un término más abarcador. Se refiere a cualquier narrador que se sitúa fuera del nivel diegético principal de la narración. Es decir, fuera de la historia principal que se está contando. Este narrador no solo está fuera de la historia, sino que también se encuentra en un nivel narrativo superior, a menudo implicado en la narración de metanarrativas o comentarios sobre la propia narración.
Comparación y Ejemplos
En resumen:
Un narrador heterodiegético puede ser simplemente alguien que cuenta la historia sin ser parte de ella, sin importar si su conocimiento es limitado o total.
Un narrador extradiegético, en cambio, no solo está fuera de la historia, sino que opera en un nivel narrativo más alto o exterior, a menudo con la capacidad de comentar sobre la estructura narrativa o el proceso de la narración misma.
Un ejemplo de narrador heterodiegético sería un narrador de tercera persona en una novela que describe los eventos y los pensamientos de los personajes sin participar en la acción. Un ejemplo de narrador extradiegético podría ser un narrador que introduce y comenta sobre la narrativa principal desde una posición fuera de la trama principal, como un narrador que reflexiona sobre la creación de la historia o sobre su rol como narrador.
La distinción es sutil, pero importante, ya que refleja diferentes maneras en que la voz narrativa puede situarse respecto a la historia y cómo esto afecta la interacción con el lector y la construcción de la narrativa.
En este artículo vamos a contarte qué es una metalepsis, cómo funciona, cómo puede clasificarse en distintos tipos y cuál es su importancia en el mundo literario. Tomaremos como ejemplo el caso del cuento de Julio Cortázar: «Continuidad de los parques».
La metalepsis es un recurso literario que explora y transgrede las fronteras de los mundos ficcionales: ya sea entre ficción- realidad, autor- lector, así como entre los diferentes niveles de la estructura de una narrativa. Es una herramienta que permite a los autores jugar con la estructura narrativa y la relación entre creador, creación y receptor.
A partir de Genette, cuando hablamos de metalepsis debemos tener en cuenta que hablamos del cruce de un límite. Una intrusión de una entidad ficticia de un mundo narrativo en otro mundo.
En esta figura se vulneran las fronteras convencionales entre los niveles de la narración. Este fenómeno ocurre cuando la barrera entre diferentes niveles narrativos se rompe.
De alguna forma el cine y la televisión quitaron algo de novedad al recurso. Quien más, quien menos, como lector o espectador lo hemos experimentado. Un personaje de una historia interactúa de alguna manera con el narrador o con el mundo del autor, elementos de un nivel narrativo invaden otro. Eso que seguramente estás recordando ahora, es una metalepsis.
La metalepsis juega con las expectativas del lector. Desestabiliza la distinción entre la ficción y la realidad dentro de la obra literaria.
Origen y resignificación del término.
El término «metalepsis» proviene del griego antiguo. En retórica describía la sustitución de una palabra por otra en una cadena de metáforas. Gérard Genette, redefine el término al introducirlo en su análisis estructuralista de la narrativa en su obra «Figuras III» (1972).
Para Genette, la metalepsis involucra una transgresión entre los diferentes «niveles» de la estructura narrativa, produciendo un efecto de extrañeza o incluso de humor, según el contexto.
Principales tipos de metalepsis
Metalepsis narrativa: Ocurre cuando un autor o narrador se inserta en la narración o cuando los personajes reconocen su existencia como entidades ficticias dentro de una obra. Ejemplos clásicos de esto se encuentran en obras como «Don Quijote» de Miguel de Cervantes, donde Don Quijote y Sancho Panza discuten sobre los libros que narran sus propias aventuras, en concreto el infame Quijote de Avellaneda.
Metalepsis ontológica: Implica una intrusión del mundo del autor en el mundo de los personajes o viceversa. Un ejemplo famoso de metalepsis ontológica se encuentra en la película «La rosa púrpura de El Cairo» de Woody Allen, donde un personaje de la película sale de la pantalla para interactuar con un espectador. (Puedes ver una reseña aquí)
Metalepsis retórica: Aunque originalmente se refería a la transgresión en el uso de figuras del lenguaje, en un contexto narrativo moderno podría interpretarse como la forma en que la narrativa misma puede ser manipulada para afectar al lector de maneras inesperadas, a menudo llamando la atención sobre su propia artificialidad.
Un ejemplo: “Continuidad de los parques”
En el cuento «Continuidad de los parques» de Julio Cortázar, podemos observar un ejemplo complejo de metalepsis, específicamente del tipo ontológico. Este cuento corto explora de manera la disolución de los límites entre la ficción y la «realidad».
Contexto del Cuento
En «Continuidad de los parques», un hombre de negocios se encuentra leyendo una novela en su casa. Está tan absorbido en la lectura que se vuelve parte de la historia del libro. La narrativa del cuento empieza a alternar entre la realidad del hombre leyendo y la historia dentro del libro, hasta que ambas se entrelazan de manera sorprendente al final.
¿Cómo clasificamos la metalepsis en el cuento?
La metalepsis presente en «Continuidad de los parques» es ontológica. Esto se debe a que hay una intrusión del mundo de la narración (la historia del libro que el hombre está leyendo) en el mundo real del lector (el hombre en su casa). Al final del cuento, el amante de la novela que el hombre está leyendo aparece en su propia realidad, y el lector (dentro del cuento) se convierte en una víctima de las acciones de los personajes de la historia que estaba leyendo. Esto rompe radicalmente las barreras entre los niveles narrativos, creando un efecto sorprendente y desorientador.
¿Cómo funciona este recurso en el cuento?
La metalepsis en «Continuidad de los parques» es particularmente impactante porque altera la percepción del lector sobre qué es real y qué es parte de la ficción dentro del cuento. Al principio, los lectores (externos al cuento) no tienen razón para cuestionar la realidad del hombre que lee el libro. Sin embargo, a medida que el cuento avanza, Cortázar desdibuja las líneas entre el lector y la historia dentro de la novela que el hombre está leyendo, culminando en un cruce directo de los personajes de la historia hacia el «mundo real» del lector ficticio. Este tipo de metalepsis no solo sorprende, sino que también reflexiona sobre el poder de la literatura para afectar y transformar nuestra percepción de la realidad.
Por lo tanto, la metalepsis en «Continuidad de los parques» sirve como un medio para explorar temas profundos sobre la relación entre ficción – realidad, y el papel del lector y del autor en la construcción de mundos narrativos. Es un ejemplo clásico de cómo Cortázar juega con las expectativas y las convenciones literarias para crear nuevas formas de entender y experimentar la literatura.
El señor Jacques Sagot es bígamo. Lo reconoce contento. El ex-diplomático costarricense se casó con dos damas: la Música y la Literatura. Sensible y prolífico. Su estrategia de supervivencia ha sido siempre la creación. Humilde en su discurso y sin embargo Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia. Dame a mí la bella medalla y vas a ver cómo me volvería insoportable, pero Jacques no. Es demasiado grande como para agrandarse.
Sagot es un comentador exquisito del mundo literario. Con su ciclo «Quédate en casa con los grandes escritores», que como su título lo indica comenzó en pandemia, nos dio la oportunidad de escuchar su punto de vista sobre sus autores favoritos. Lo descubrí después de la pandemia. No hay ningún tipo de pérdida en escuchar este ciclo unos años después de su creación. Al fin y al cabo nos va a hablar de esencialmente de clásicos. Anteriormente nos referimos a él en nuestro post sobre Jean Cocteau y esa pequeña obra maestra que es El Gesto de la Muerte.
“Extraordinario esfuerzo, estas grabaciones dejan un legado maravilloso para la literatura universal.”
@pablogonzalez8821
Nunca te cansas de oírlo hablar de letras y música, pero también puede recomendarte una buena película. Aclara que es cinéfilo, pero le hubiera gustado ser además cineasta.
De origen humilde y salud frágil reconoce que sus padres lo hicieron quien es, y es un vivo ejemplo de que una muy buena educación no necesita del lujo. «Fui educado como un príncipe», cuenta que en su casa abundaba la buena música y libros en tres idiomas. Esa formación hogareña continuó luego con sus profesores y compañeros a quienes también reconoce cuando la ocasión lo permite.
El resultado de esta hoja de vida deviene en un divulgador admirable. Intuyo que es un profesor como pocos. No todos pueden explicar la puntuación de un texto literario a través de una frase melódica en el piano.
En otra de sus facetas nos regala conciertos donde intercala interpretación y comentarios.
Mira lo que dicen su seguidores: “Me encantan estos conciertos explicados no solo escuchas música sino que entiendes el sentimiento el porque y las personalidades de los compositores.”
@JairoLoira
Desde Literatura.tv te invitamos a suscribirte a su canal para disfrutar de su música y especialmente del ciclo «Quédate en casa con los grandes escritores».
Características del Creacionismo de Vicente Huidobro a partir de su poema «Arte poética» y su manifiesto «Non serviam»
El Creacionismo fue un movimiento vanguardista literario de origen americano, fundado por el poeta chileno Vicente Huidobro. Se caracteriza por una ruptura radical con la poesía tradicional y la búsqueda de la creación absoluta de nuevos mundos poéticos. A través de la experimentación formal y el uso de imágenes innovadoras, el Creacionismo busca liberar al lenguaje de sus ataduras con la realidad y explorar las infinitas posibilidades de la creación artística.
En «Arte poética», Huidobro expone los principios fundamentales del Creacionismo. El poema comienza con una declaración contundente: «El poeta es un pequeño Dios». Establece la figura del poeta como un creador autónomo, capaz de generar universos poéticos únicos e independientes de la realidad externa.
Huidobro rechaza la imitación de la naturaleza y la poesía descriptiva, abogando por la creación de «imágenes nuevas», «movimientos inauditos» y «conceptos nunca vistos». El poema se convierte en un objeto autónomo, libre de las ataduras de la lógica y la razón, un espacio donde la imaginación y la libertad creativa son los únicos límites.
El manifiesto «Non serviam» complementa las ideas expuestas en «Arte poética» y profundiza en la crítica al conformismo y la tradición literaria. Huidobro se rebela contra las normas y dogmas establecidos, proclamando la libertad absoluta del poeta para crear sin restricciones. El poeta creacionista no debe someterse a ninguna corriente o escuela literaria, sino que se define por su individualidad y su espíritu innovador.
Características del Creacionismo
Las principales características del Creacionismo, tal como se manifiestan en «Arte poética» y «Non serviam», son las siguientes:
1. Ruptura con la realidad: El Creacionismo rechaza la imitación de la realidad externa, la tradicional imitación de la naturaleza. Se pretende crear mundos poéticos autónomos, independientes de lo que ya existe. El poema se construye a partir de su universo propio, con sus propias reglas y lógica.
2. Creación absoluta: El poeta creacionista es un demiurgo, un creador de mundos nuevos. La poesía no se limita a describir o expresar emociones, sino que tiene el poder de generar realidades inéditas.
3. Experimentación formal: El creacionismo se caracteriza por una gran libertad formal. Los poetas creacionistas experimentan con diversos recursos literarios, como la metáfora, la analogía, la caligrama, la tipografía innovadora, entre otros, para crear efectos sorprendentes y sugerentes.
4. Importancia de la imagen: La imagen poética es el elemento central del creacionismo. Las imágenes creadas por el poeta deben ser novedosas, originales y capaces de generar múltiples interpretaciones. Pero la creación de la imagen no debe abusar del adjetivo.
5. Autonomía del poeta: El poeta creacionista es un ser libre e independiente que no se somete a ninguna corriente o escuela literaria. Su única guía es su propia creatividad y su búsqueda incansable de nuevas formas de expresión poética.
El Creacionismo pretendió ser una revolución radical en el ámbito de la poesía. A través de su propuesta innovadora y su espíritu libre, abrió las puertas a nuevas posibilidades de expresión poética.
Si estás buscando un comentario sobre la idea de Creacionismo en poesía, te recomendamos a Maestro:
Está de moda hablar de uno mismo. Buena parte de la literatura que se ha venido produciendo en los últimos tiempos va de lo autorreferencial y lo autobiográfico. ¿Consecuencia de la cada vez más notoria individualidad que sobrevuela la sociedad occidental? ¿Por aquello de llevar al extremo el «pinta tu aldea»? La cuestión es que lejos de ser un acto de egocentrismo, el autorretrato literario puede traer mucho valor a nuestras vidas. Desde usarlo como instrumento de autoconocimiento hasta dejar un testimonio, pasando por dar la posibilidad a los demás de conocernos mejor. Lo estético puede quedar en un segundo plano o ser la piedra angular de la escritura autorreferencial. Para la mayoría de las personas, cuestionarnos quiénes somos, puede ser infrecuente y llegar a generarnos incomodidad o hasta temor. Pero más allá del desafío que representa la introspección, está la cuestión práctica de qué caminos tomar para afrontar este tipo de escritura.
¿Cómo escribo mi autorretrato?
Enrique Páez propone un ejercicio genial. Piensa tu autorretrato a partir de asociaciones. «Si fuera una fruta sería…un durazno maduro a punto de caer del árbol», «Si fuera un camino sería un camino sinuoso mojado por la lluvia»… Y aquí viene la mejor parte, luego propone desarmar ese andamiaje y saltar a la metáfora. «Soy un durazno maduro a punto de caer del árbol, un camino sinuoso mojado por la lluvia…» ¿Se entiende? ¿No es un gran consejo? Nos permite acercarnos de manera intuitiva al lenguaje poético. Nos ayuda a pasar de lo denotativo a lo connotativo sin grandes esfuerzos, casi como jugando.
El autorretrato literario en manos del clásico de clásicos.
Te recomendamos ver «Autorretrato literario de Cervantes: poeta cínico y filósofo burlón. El Viaje del Parnaso»
Dicen que el humor verdadero se detecta en la capacidad de burlarse de uno mismo. Jesús G.Maestro nos cuenta cómo Cervantes lo hace, al tiempo que nos muestra su visión (cargada de ironía) sobre la Literatura y los literatos de su época. En el viaje del Parnaso se mezclan referencias reales con ficticias. El narrador protagonista de la obra interpreta desde el presente, hechos pasados. Metaliteratura y autobiografía ficticia e irónica se dan la mano en un libro burlesco, cínico y barroco. “Cervantes habla en serio muy pocas veces, en verdad”. “Miente más que habla”, es así hasta en sus prólogos. Es un intelectual insumiso, dispuesto a atacar en defensa propia. Maestro sabe apreciarlo y pone su obra en el lugar que se merece.
Si llegaste hasta aquí, es porque estás realmente interesado en el mundo del autorretrato.
Para profundizar en el tema te recomendamos la lectura de este muy completo artículo sobre el tema de Todopoemas.com